Lo que no se puede medir, no se puede controlar. Lo que no se puede controlar, no se puede administrar.
Las mujeres hoy en día son multifacéticas (me incluyo). No solo deben responder por el bienestar emocional y económico de la familia, sino que también deben rendir como profesionales y emprendedoras.
El día solo tiene 24 horas, lo que indica que en ese lapso de tiempo debes atender todo y a la perfección. ¡Tamaña tarea!
Ahora, esos logros no se obtienen en un abrir y cerrar de ojos. Requieren de mucha introspección y tener la respuesta a la pregunta ¿Cómo quiero mi vida? (Me inspiré en un post de mis amigos de superhabitos.com).
Esta pregunta engloba no solo el presente sino el futuro de tu vida. Debes tenerlo claro.
Una vez tengas la respuesta, lo que sigue es fijarte la meta máxima a lograr para construir la vida que quieres. Esta meta a su vez hay que dividirla en otras más pequeñas para que no tengas tiempo de autosabotearte. Esas metas pequeñas se llaman objetivos estratégicos.
Las empresas también lo hacen y lo llaman: Planeación estratégica.
Ellas planean para 3 o 5 años, los logros que esperan tener en margén financiero, en clientes a ganar y en posicionamiento de mercado. Esto tiene sentido ¿por qué no hacerlo con tu vida?
Entrando en materia
La planeación estratégica personal se basa en tres pilares fundamentales:
1. ¿Quién eres?
Como ya te dije, es importante que te conozcas, que hagas introspección y definas lo que te gusta y lo que no, en que actividades te sientes cómoda, describir tus sueños, lo que te inspira, analizar tus puntos fuertes y débiles.
Ten presente lo siguiente para definir tus competencias:
El conocimiento es el saber.
Las habilidades son el saber hacer.
Las actitudes son el querer hacer.
Una herramienta interesante para ayudarte a desglosar tu yo, es el DOFA: debilidades, fortalezas, oportunidades y amenazas. Si la usas bien, tienes la mitad del pilar 3.
Otra herramienta muy buena es la ventana de Johari, la cual está dividida en 4 áreas para tu vida: Área pública, área ciega, área oculta y área desconocida. Esta herramienta te permite identificar como te ves, como crees que te perciben los demás y cómo realmente te perciben.
Teniendo claro quién eres, será más fácil definir qué quieres.
2. ¿Cómo quieres tu vida?
En este apartado defines la vida que quieres tener. Aquí se incluyen tus sueños.
Si defines correctamente lo que quieres, es más fácil establecer una meta a alcanzar, pilar de la estrategia personal.
3. ¿Cómo lo vas a conseguir?
Una vez definida tu meta, debes definir los recursos con los cuales conseguirás cumplirla: formación, negocios, coaching, etc.
Cuando tengas claro estos tres pilares, empieza a planear la vida que quieres. Hay muchas herramientas, personalmente recomiendo hacer una plantilla en Excel y acomodarla a tu gusto.
Yo utilizo un bitácora en Excel súper sencilla. Tiene la actividad a realizar en la semana (con base en mi objetivo), la prioridad (alta, media y baja), el horizonte de tiempo en que lo voy a cumplir y un semáforo que me muestra si lo cumplí en el tiempo programado (verde), lo cumplí atrasado (naranja), lo tengo pendiente sin retraso (amarillo) o está pendiente con retraso (rojo). También tiene una columna de observaciones donde escribo las razones e imprevistos que se me han presentado.
Esta bitácora la uso mucho en mi trabajo y me ha permitido identificar las interrupciones más comunes que me impiden lograr mis objetivos. Esto es muy importante porque te permite realizar correctivos.
Los planes por lo general no se cumplen al pie de la letra, tienen sus variaciones. Bien lo dijo una amiga emprendera, se cambian las actividades pero no la meta.
El plan te permite evidenciar lo que ha sucedido y hacer ajustes. Los planes son dinámicos. Es como tomar tu carro, ir a buscar una dirección con mapa, perderte y retomar el camino. La meta es la misma, el plan es el mismo que diseñaste pero la forma en que llegaste es distinta.
Si quieres pasar a otro nivel, puedes usar herramientas muy buenas como Evernote, Google calendar , Outlook calendar, Asana, para recordar cada meta como si fuera un proyecto.
Al plan le podemos aplicar la técnica de Stephen Covey (autor de “Siete hábitos de las personas altamente efectivas”): clasificación de lo importante y urgente, no importante y no urgente. Esto te lo explico en el post: ¿Cómo usar la matriz de Stephen Covey para tu estrategia personal?
Ahora te responde la pregunta del título: ¿Por qué planear tu vida te hará más exitosa?
1. Evitas desviarte de la meta
Cuando tienes un plan, sabes las herramientas y recursos que vas a utilizar para llegar a la meta final. Es la foto de lo que harás. Es como el alpinista que quiere llegar al Everest. Para hacerlo requiere todo un proceso necesario para salvaguardar su vida y culminar con éxito la expedición.
2. Tomas los correctivos necesarios sobre una foto inicial
Teniendo un plan puedes tomar los correctivos necesarios cuando no está saliendo como debiera. Siempre puedes retomar algunas ideas iniciales y fortalecer el plan inicialmente diseñado que logre el objetivo de acercarte a la meta
3. Puedes medir el avance
El plan de permite medir el avance y cumplimiento de las acciones planteadas. Si te comprometiste a realizar una actividad y no la hiciste, ya sabes en qué punto se estancó tu camino a la meta para retomar.
4. Te quedan lecciones aprendidas
Si al cabo del horizonte de tiempo propuesto lograste tu meta, has aprendido más en el camino al someterte a imprevistos que están fuera de tus manos, que te hicieron replantear el plan, utilizar recursos que no habías contemplado entre otros.
5. Mejoramiento continuo
En cada paso que das, has mejorado tus competencias, te has conocido más y sabes cómo hacerlo la próxima vez que lo intentes.
Recuerda que el éxito es el camino. ¡Feliz éxito diario!
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