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Marion está sentada frente a su viejo computador (no le nace cambiar su portátil que ha sido su compañía por tanto tiempo?). Atrás solo tiene de compañía una hermosa pared blanca en la cual ha imaginado poner el logo de su negocio online.
A la izquierda una mesa con varios libros, un toro de porcelana que parece que la mira desafiante y un insolente télefono fijo que cuando suena destroza su concentración. A la derecha, se encuentra su bebé plácidamente durmiendo en su coche rosa.
La minioficina de Marion compite con enseres que amenazan con llevarse su pedacito de cielo.
Hace diez minutos que está absorta viendo la pantalla azul de su PC. Se está preguntando algunas cosillas sin siquiera parpadear.
¿Qué se está preguntando?
Desea darse a conocer como profesional y como emprendedora en redes sociales. ¡Bueno! Ha leído en blogs que eso es lo que debe hacer.
¿Es así?
La realidad es que en el mundo actual es muy importante hacer presencia en la web. Hoy en día es muy usual que alguien teclee tu nombre para conocer más de ti. ¿No me crees? Haz el intento y observa que dicen de ti los buscadores.
Ahora, no en todas las redes indiscriminadamente ni de cualquier manera. Cada red social tiene una finalidad y hay que tenerlas en cuenta.
Podría pensar en conseguir un community manager que le haga ese trabajo, pero no tiene el dinero para contratarlo. Tiene que hacerlo en modo DIY.
Marion, tiene muchas dudas. Quiere saber por donde empezar. Yo creo que intuye por donde pero más allá de eso, su mirada fija en la pantalla azul tiene otro significado:
¡Tiene miedo a exponerse!
¿Por qué razón, motivo o circunstancia? Ella tiene a ser rechazada, a no calar en la audiencia a la que se dirige su negocio online, etc. La lista es interminable.
Como te hablaba en 4 claves para vencer el miedo al cambio, el miedo no es más que un estado primitivo del cerebro humano.
De acuerdo con la psicología, el miedo desencadena un instinto de protección. El cerebro no distingue ante un peligro real o imaginado. Por lo tanto, se generan las mismas reacciones en ambos casos (liberación de energía, sensación de pérdida de control, preocupación, aceleración cardíaca, etc).
El miedo escénico digital, por su parte, es el miedo a exponer tu marca personal en medios digitales, bien sea, en video, redes sociales o un blog. En el caso de Marion, su miedo se enfoca a las redes sociales.
Ahora, el miedo de Marion es imaginario. Es una idea. Pero ¿qué es una idea? Una representación de algo que puede ser cierto o falso. Para el cerebro da lo mismo.
Marion sigue sentada frente a su computador. Tiene su mente a mil por hora funcionando ideas. Se imagina hordas de seguidores a montones escribiendo cosillas como “eres una vende humos”, “tus consejos no me han servido para nada”, etc. No sigo diciéndotelo porque termino enamorándome también de la idea del miedo a la exposición.
Son tantas las imágenes que imagina que se le acelera el corazón y le sudan las manos como si fuera cierto.
A este paso terminará cerrando la computadora.
Claves para vencer el miedo a exponer tu marca personal en redes sociales (miedo escénico digital)?
#1. Quitándole poder al miedo.
Cómo bien lo describe la frase que inicia el artículo, el miedo le ha ganado más batallas al ser humano que cualquier otra cosa.
¿Por qué? Porque le damos poder a las ideas que nos genera el miedo escénico al mundo digital. ¡Así de sencillo!
Hacerse consciente de la idea que ronda en nuestra mente, nos permite darnos cuenta que son solo ideas preconcebidas. En muchas ocasiones se debe al exceso de información que encontramos en Internet.
Alguna vez leí que una marca personal en redes sociales debía cumplir cientos de condiciones. Sólo leerlas me daban ganas de apagar el computador para siempre. ¿En serio? Sí, nos aplican terrorismo digital, por decirlo de alguna manera, cualquiera se asusta.
Marion observa su idea, la colorea de amarillo, naranja y verde. Así se ve más linda y menos temerosa.
Ha comprendido que su idea ha sido generada por la cantidad de infoxicación que ha recibido. También se ha dado cuenta que lo que ha leído en montones de blogs no son verdades absolutas, tiene que actuar y aprender sobre la marcha.
#2. Definir y conocer las plataformas en las que quiere incursionar.
Vencidas las ideas negras que pasaban por su cabeza, Marion toma un cuaderno y un lápiz, para trazar su estrategia digital. Quiere estar en las redes sociales para potenciar su marca pero no está segura si en todas.
Dibuja cuatro columnas donde escribe los nombres de las cuatro redes sociales que más le gustan y define la particularidad de cada una, cómo puede abordarla, si le sirve para sus propósitos y si tiene el tiempo para dedicarle (aquí hace uso inteligente de la infoxicación que ahogaba su cabeza).
¡Ya está! Ha elegido dos por el momento: Twitter y Facebook.
—¿Y ahora qué? – Se pregunta.
Es importante tener claras las ventajas y desventajas de una u otra red social. Cada una tiene sus particularidades y formas de interacción (esto ya sería otro artículo). No me cansó de decir que las redes sociales son mundos virtuales donde interactúan personas reales. No importa que no las tengas en frente, siguen siendo personas.
Si tienes claro como funcionan, el miedo a exponerse digitalmente, desaparece. Vas a cometer errores, yo los he cometido. Sin embargo, de eso se trata, de aprender haciendo. No hay fórmulas mágicas, solo algunas netiquetas a tener en cuenta.
#3. Lanzarte al vacío (¡Actuar!)
¿Cómo se pierde el miedo a volar? Montando en paracaídas.
Entonces, ¿Cómo se pierde el miedo a exponerte? Exponiéndose. No hay de otra.
…Ella respira profundo, enfrenta su miedo, abre el explorador y teclea en el buscador www.twitter.com. Está dispuesta a crear su cuenta allí y hacer que sucedan sus propósitos de marca personal (hay que tener al menos uno, sí o sí).
El reto apenas empieza, es además una gran responsabilidad.
Las redes sociales son instantáneas, esto significa que cualquier error es notado al instante y replicado por millones de personas. Por esto crear una cuenta es una gran responsabilidad con uno mismo y con sus potenciales seguidores, pero no debe amedrentarte. Si tienes claro para que estás allí, se minimizan los errores.
Ahora lo importante no es cuantos seguidores tengas, sino cuantos estén realmente interesados en lo que tienes para compartir.
#3. Muéstrate tal como eres
Marion pone en los artículos de su blog/web el botón de compartir en Twitter y Facebook. Quiere que tanto sus seguidores actuales como los nuevos puedan compartir lo que les guste.
Solo le asalta una duda ¿cómo escribir en ellas? ¿Debe ser de alguna manera? ¿Y si no gusta como ella postea?¿Debe ser ella o suponer que es otra persona? Otra vez, la infoxicación la esta poniendo a dudar.
En las redes sociales como en la vida real, la sinceridad va primero. Recuerda que detrás de una cuenta hay personas como tú, con sentimientos, con intereses, con necesidades. Buscan valor antes que nada de personas coherentes con lo que predican.
Como diría Isra García, primero sé tu, si a alguien no le gusta que no te siga. Ahora, no estoy hablando de ser groserá, descortés, fomentar chismes o el bullying. Eso es otra cosa.
En mi experiencia gestionando comunidades me he dado cuenta que las máscaras no sirven, lo que eres se nota aunque creas que no. Así que se tú siempre.
Por fin, ha publicado sus primeros post. Llevan toda su esencia. Tiene tanto para compartir que ya no teme. ¿Que podría pasar? ¡Nada! Todo es parte del aprendizaje.
Tiene claro que tiene un largo camino por recorrer. No hay fórmulas mágicas, solo algunas pautas a seguir acordes con esa red social, lo demás será cuestión de interactuar, ser auténtica y acorde con sus principios. Por algo se llama “red social”. El hecho que sea virtual no le quita que un @xxxx sea una persona.
#4. Ten un plan B, C, D
Marion, luego de varios días, ha recibido un comentario adverso en una de sus publicaciones de Facebook.
Ha revisado nuevamente su publicación y encuentra que todo está bien. Se queda pensando ¿qué hacer?
No eres monedita de otro para caerle bien a todo el mundo. Internet es un mundo virtual. Hay a quienes les gustan nuestros contenidos y a quienes no. Esas personas pueden decidir pasar de largo.
Ahora, si te enfrentas a un detractor de tus publicaciones, debes ser inteligente. Por eso, lo mejor es estar seguras de los contenidos que publiquemos para tener los argumentos para defender o dar la razón de manera adecuada.
A mi padre le sucedió una vez, que un seguidor le refutó una fotografía de un árbol de aguacate bonsai. El seguidor aseguraba que no lo era porque no tenía la belleza de los que normalmente conocemos.
Lo que no sabía el seguidor es que un bonsai es un árbol, planta o arbusto al que se le ha impedido su crecimiento normal mediante diversas técnicas, lo que hace que el mismo se quede en la altura que se desee.
Mi padre con el debido respeto y muy seguro de su conocimiento, hizo la aclaración respectiva. El resultado fue que se enriqueció el debate y ganó más relevancia. Demostró que no estaba “vendiendo humo”.
También es preciso, tener plan B, C, D para situaciones en que te equivoques. Lo ideal es que no suceda, pero somos humanas y puede pasar.
Si tienes claro lo que puede suceder y como actuar al respecto, no tienes por qué temer.
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Conclusión
El miedo a exponerse en redes sociales es solo una idea en tu cabeza que genera las mismas reacciones que si estuvieras en situación de peligro.
Si lo enfrentas, te liberas de la esclavitud de la anticipación a cosas que no han sucedido. Ganas en experiencia, ganas en autocontrol.
Evita que el miedo controle el avance a tus metas con tu marca personal. Recuerda que las redes sociales son integradas por personas como tú. Es como un el mundo real en un mundo virtual.
Concéntrate en la belleza antes que en la oscuridad.
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