Cuando empiezas un emprendimiento, generalmente tienes un modelo o referente a seguir. Alguien que ya lo ha hecho y que es exitoso en eso. Esa persona te inspira para continuar el camino emprendedor. El lío se forma cuando te comparas con ella de manera negativa hasta menguar tu autoestima. ¿Qué hacer?
Es un hermoso día, Marion está acostada en su cama mirando hacia el encielado de su cuarto. Ha tomado diez minutos para sí misma a solas. Lo necesita.
En medio de sus cavilaciones recuerda cómo fue que inició su camino por el emprendimiento. Varias imágenes cruzaron por su mente como si fuera ayer.
Acababa de tener a su primera hija y se sentía feliz. Tener en sus brazos a esa criatura que había crecido en su vientre durante 9 meses, no se comparaba con nada. Mientras miraba esa carita arrugadita y tierna se acordó de algo. En pocos meses tendría que reintegrarse al trabajo. Eso implicaba dejar de compartir con su ella. Eso le provocaba tristeza.
—Ojalá pudiese quedarme viéndote crecer pensaba ella.
Mientras la bebé dormía, prendió su portátil y escribió en el buscador: ¿Cómo ser madre presente mientras trabajas?
Leyó cada algunos de los artículos sin encontrar la respuesta. Todos los que encontraba (los mejor posicionados, por así decirlo) se referían a madres que tenían un empleo como ella y que podían, según ellos, brindar tiempo de calidad a sus hijos.
—¿Tiempo de calidad? —dijo—. Si yo le dijera a mi jefe que voy al trabajo solo una hora ¿lo tomaría como tiempo de calidad? ¡No lo creo!
Entonces, la palabra emprender se cruzó por su cabeza. A estas alturas del partido había acumulado conocimientos con los que podría empezar.
Algo se aclaró en su mente: —Quiero trabajar por mi cuenta y disponer de mi tiempo.
Con esta nueva premisa, volvió al buscador de google y escribió: ¿Cómo ser madre emprendedora?
Encontró varias historias de éxito que la cautivaron. Luego de un artículo fue a otro hasta que se topó con una madre que vivía de su emprendimiento. ¡Zas! Le alumbró el bombillo.
—¡Si ella puede, yo también!
Marion ha terminado de recordar como está ahora trabajando en su emprendimiento por Internet, el cual alterna con su trabajo en relación de dependencia. Aún le falta mucho para vivir totalmente de él.
Sigue con la mirada fija en el techo. A leguas le preocupa algo. Ya no son sus miedos, sino que no logra despegar su emprendimiento.
—¿Si tan solo fuera como fulanita? ¿Por qué no me salen las cosas? Creo que esto no es para mí.
Asoma una lágrima.
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Compararse en un estado en el que solemos caer cuando queremos lograr algo. Según los teóricos de la comparación social, dependiendo lo que queremos lograr, nos comparamos con personas que lo hacen mejor (comparación ascendente) o con quienes no lo hacen tan bien (comparación descendente).
Cuando nos comparamos de manera ascendente tratamos de obtener una mejora personal basada en el sujeto observado.
El problema sucede cuando nuestras expectativas son débiles. Entonces caemos en el desasosiego y nos invade el pesimismo. Nos decimos cosas negativas y terminamos a punto de tirar todo por la borda ¡Mala cosa!
Lo malo no es compararse con los demás, lo malo es la forma como lo hacemos. - Retuitealo ahoraLa persona más influenciable con la que hablarás todo el día eres tú. Ten cuidado entontes con lo que te dices a ti mismo. Zig Ziglar
Cómo compararse con los demás y sacarle provecho.
1. Presta atención a tu diálogo interior
Escucha atentamente lo que te dices en el día. Escribe en una libreta o en una aplicación móvil como Evernote cada palabra que te digas tanto negativa como positiva producto de las comparaciones. Luego cuenta las veces que te dices cosas que no te ayudan a avanzar para que las cambies por frases positivas o preguntas.
Ejemplo:
“No podré llegar a ese nivel nunca” cámbiala por “¿Qué necesito aprender para llegar a ese nivel?
“Parece que ella fue alumbrada por mejor estrella que yo” por “Estoy en el camino correcto para alcanzar mi meta de ser como fulanita de tal a quien admiro mucho”.
El monólogo interior puedes usarlo para ayudarte. Las palabras conectan con las emociones y las emociones con las acciones. - Retuitealo ahora
¿Quieres avanzar? Conecta las palabras y emociones correctas.
Se ha secado las lágrimas. Sabe que no puede quedarse inmóvil mientras le pasa la vida por delante. Algo tiene que hacer. Desde que se lanzó a emprender, sabía que debía convivir con la incertidumbre y que el camino es de altibajos.
Se levanta, busca en su mesa de noche su libreta rosada de notas privadas. Luego empieza a recordar como ha sido su diálogo interior durante los últimos días. Escribe las palabras que más se repite durante el día.
“No puedo hacerlo”
“Esto no es para mí”
“No podré llegar a ser como ella”
“Ella es especial”
—¡Wao! ¿De verdad me digo todo esto en el día?
Respira profundo y piensa en las frases que podría utilizar para convertir su diálogo interior en su amigo y mejorar lo que tenga que mejorar, en vez de castigarse todo el tiempo con su mente parlanchina.
2. Revisa tus habilidades y mejóralas.
Es posible que necesites fortalecer tus habilidades innatas para conseguir tu meta. Por nada, no te comparas con otros. Tomate el tiempo para revisar cada una y descubrir que te falta mejorar.
La maestría se logra poniendo a funcionar tus habilidades y practicando día tras día.
No se vale un día sí y un día no.
Escribir un artículo hace un año y medio, me costaba mucho más que ahora. Ya he aprendido a tener disparadores que hagan que mi pluma fluya. Eso no salió de la nada. Otra cosa son los cuentos, que me salen fácil.
Mientras escribe en su libreta las frases, recuerda que alguien le dijo que es excelente escritora. Así que esto dispara su motivación para escribir también todas aquellas habilidades que tiene y las que quisiera tener para pasar al siguiente nivel.
—¡Qué cantidad de cosas por hacer! —dijo.
3. Ponte una meta y cúmplela
¿Qué nos diferencia de nuestro referente? La disciplina y la constancia.
Para que esa persona esté donde está tuvo que pasar por el mismo proceso que estás pasando. No llego allí en helicóptero. Es probable que derramó tantas lágrimas como tú cuando las cosas no salieron como las esperaba y aún así continuó.
Cada camino es diferente. Tu elegiste uno para ser como ella. Por algo la admiras. Entonces, ponte pequeñas metas y cúmplelas una a una.
Este es el paso más difícil de todos, siempre hay distractores ajenos o puestos por nosotras mismas. Hay que ser muy ubicadas para retomar el camino y darle con toda.
¿Sabes cuantas veces me he alejado de mi ruta? Montones, pero siempre regreso y genero sistemas para evitar perderme en los jardines del camino. De vez en cuando me elevo viendo mariposas pero ¡zas! Sacudo la cabeza y miro hacia el horizonte donde quiero llegar.
Marion, una vez detalladas todas las cosas que tiene que hacer y las que tiene que mejorar, se propone una meta con plazos, periodicidad y las recompensas que se dará por cumplirla. Ya tiene todo más claro. Sabe que si es constante, llegará donde desea.
Relee lo escrito, tiene mucho para hacer esta semana. Pero… un pensamiento cruza por su mente.
4. Evita competir con los demás
En el mundo hay quienes aún no han llegado donde estás y los que han logrado más de lo que quieres. Tú estás en el medio.
Si miras hacia abajo, te puede picar la soberbia. Si miras hacia arriba, te puede picar el sentimiento de inferioridad. El riesgo existe.
Así que mejor compite contigo misma, con la versión de la semana anterior y te sentirás mucho mejor.
—¿Ahora qué?
Otra vez, el fantasma del pesimismo quiere aparecer. Recuerda el rostro de esa mujer que admira y se pierde en pensamientos vagos.
—¡Espera! —se dice—. Ella es la razón por la que he llegado hasta aquí. Es mi modelo a seguir. ¿Qué me está pasando?
5. Apréciate
Levanta la mirada hacia el espejo que tiene frente a su cama, preguntándose: —Quién soy yo? ¿Por qué tomé esta decisión?
Parece que el pesimismo está dispuesto a ganarle la batalla. Otra vez su monólogo interior atacando.
—No soy tan buena como pienso. Nunca lo lograré.
La impotencia hace rodar de nuevo una lágrima por sus mejillas.
—¡Basta! —piensa para sí—. No puedo dejarme vencer nuevamente. Estoy aquí por una razón poderosa, mi familia. Mis logros o fracasos no me definen. Soy más que eso.
Toma de nuevo su portátil, lo enciende y …
Ningún logro será satisfactorio para ti sino te aprecias. El éxito empieza desde adentro. Desde valorar cada paso que das, cada aprendizaje, cada error y cada lágrima.
Tu eres una persona valiosa con tus errores y aciertos. Nadie dijo que lograr lo que quieres fuera fácil. ¿Quieres llegar al estadio donde está tu referente? ¡Actúa!
Eso sí , cuídate de copiar el trabajo que hacen los demás, Una cosa es tomar como referente y otra ser estúpidamente una copiona. No te sirve para tu marca personal. Te destruye.
“Una persona es número uno cuando hace lo mejor posible con aquello de que dispone diariamente” Zig Ziglar.
6. Evita el delirio de perfección
… abre su explorador dispuesta a realizar unos ajustes a su web que ha estado pensando hace varios días.
—www.fulanita.com –escribe.
No puede evitar entrar a la web de fulanita de tal. Se queda con la mente en blanco y exclama.
—Me falta tanto para tener mi web así de atractiva para mis visitantes.
Esa manía que tenemos de tener las cosas perfectas a como dé lugar, trunca el aprendizaje. Como siempre digo es mejor hecho que perfecto. Prioriza lo importante. Usa el minimalismo. Cuesta mucho, sin embargo, vale la pena.
Puede que el negocio de otra persona a quien admiramos tenga muchas ventajas, pero eso no sucedió de la noche a la mañana. Fue un camino largo que tú estás empezando a recorrer, incluso yo.
Por qué será que, como dice mi amiga Ana Vico, le prestamos atención a las comparaciones cuando salimos perdiendo, pero cuando salimos ganando, lo ignoramos. ¡Que manía la nuestra!
Si te quedas esperando hacer las cosas tan “perfectas” y hermosas como las hace esa persona a quien admiras, te pierdes en el bosque de Alicia y desaprovechas tus propios talentos para hacer las cosas. Reitero, ella ya hizo el camino que tú estás recorriendo.
Revisa tu negocio, analiza que es preciso ajustar para que te acerques a la meta que quieres alcanzar y cámbialo sin detenerte en detalles o comparaciones que te hagan procrastinar o sentirte mal.
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7. Agradece lo que tienes y lo que has obtenido.
—¡Basta! Se dice nuevamente. Cierra esa web y abre la suya, la observa, la siente con el alma mientras dice en voz alta:
—Por el momento, es hermosa como está, aquí está mi esencia. Me ha dado alegrías. Si no me hubiese arriesgado, no estaría mirando el resultado de mis decisiones. He aprendido y sigo aprendiendo.
Si nos detenemos a observar lo que hemos logrado, encontraremos que ha sido mucho. - Retuitealo ahora
Detente cada día a hacer un balance de las cosas que has hecho para llegar a tu meta. Te aseguro que no son pocas y aún si lo fueran, con ellas has avanzado más que quienes no se atreven a apostar por sus sueños.
Utiliza un diario, una libreta o lo que quieras y escribe todas las cosas que lograste hacer en el día. También escribe las cosas por las que estás agradecida.
Cada semana, lee tus notas con detenimiento, esto te permitirá valorar el camino que has recorrido. Sé agradecida.
Como me decían mis padres cuando estudiaba en la universidad y apenas iba por la mitad de la carrera: «Te faltaba más cuando empezaste».
Y ahora te pregunto ¿te comparas con otros para mejorar o para castigarte?
Credito foto: Women.
Hola Maryory! Me ha gustado mucho tu post, una mezcla de storytelling con consejos para superar las comparaciones. En verdad, compararse con los demás forma parte del proceso de socialización y puede generar creencias limitantes.
Muchas veces tendemos a ver lo negativo porque somos muy exigentes con nosotros mismos y tenemos inseguridades. Sumo a ello que se suele ver la punta de iceberg y no el iceberg en su totalidad.
Nada que como alguien diría… el único lugar en que la palabra éxito aparece antes que trabajo es en el diccionario. La suerte está echada!
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Hola María:
¡Me alegra que te haya gustado! Es una nueva apuesta la mezcla de una historia con personaje único. Me encanta contar historias que le suceden a personas como tu y yo.
Es verdad, la autoexigencia nos lleva a exigirnos más de la cuenta y nos olvidamos que el éxito es cada paso que damos camino a la meta.
Un abrazo gigante para ti.
Maryory.
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