A estas alturas el título debe tenerte pensando en que te voy a hablar en chino, cuando te digo que pienses tu vida profesional como un proyecto.
La verdad no es así.
Todos tenemos unas metas a alcanzar como profesionales y/o emprendedores. O por lo menos, yo esperaría eso de ti.
¿No es así?
Para avanzar en el campo que sea, primero hay que tener una meta u objetivo. De esto hablé en el artículo ¿por qué planear tu vida te hará más exitosa?.
Si no tienes una meta, no sabrás nunca por dónde empezar. Es como decir, quiero ganarme un millón de dólares sin colocarle el horizonte de tiempo en que pretendes ganarlo.
Es aquí donde entra en juego la visión.
Pero ¿qué es la visión? De acuerdo con mi versión libre, la visión es el sueño a alcanzar en un lapso determinado que no puede ser inferior a tres años.
Por ejemplo, en la planeación estratégica de una empresa, la visión está estructurada para lograrse entre tres y cinco años. Durante cada año se implementan proyectos y programas incluyendo recursos tendientes a hacerla realidad.
Todos deberíamos vernos como una empresa.
Una empresa tiene su marca distintiva.
En el caso tuyo, la empresa, la constituyen tus conocimientos y la marca, tu persona.
En este orden de ideas, ¿Cuál es el sueño que quieres lograr en cinco años?
Sé que hacerse esa pregunta es una odisea porque nunca nos han enseñado a pensar a largo plazo.
La inmediatez está presente en todo lo que queremos hacer.
¿Cómo pensar tu vida profesional como un proyecto?
Hoy estás en un momento y deseas pasar a otro momento soñado.
La transición del uno al otro se puede estructurar siguiendo las pautas básicas de la gestión de proyectos (no incluyo todas). Comencemos:
1. Definir la meta (sueño a alcanzar)
La meta debe ser alcanzable y estar en sintonía con lo que realmente quieres. Por ejemplo, mi meta es triplicar mis ingresos como consultora.
¿Es alcanzable? ¡Por supuesto!
Tú, por ejemplo, quizás estás deseando lo mismo.
¿Haz visto “Alicia en el país de las maravillas? Este fragmento refleja lo que le pasa a muchos consultores y emprendedores cuando no se plantean metas claras y medibles:
―“Que camino debo tomar”―. Preguntó Alicia.
―”Eso depende a dónde quieres ir”―. Respondió el gato.
―”Poco me preocupa a donde ir”―. Dijo Alicia
―”Entonces poco importa el camino que vayas a tomar”―. Replicó el gato.
– Fragmento de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll-
2. Definir el tiempo del proyecto ¿Cuánto te vas a demorar para lograrlo?
Si no defines un tiempo límite, no podrás medir tu avance y será más fácil procrastinar.
Ponerte una fecha hace que sientas el compromiso de lograrlo.
Podría ser un año o podrían ser tres. Lo importante es que le pongas una fecha concreta.
Todo depende de las condiciones en qué te encuentres. Aquí cobra fuerza el paso siguiente.
3. Definir los recursos que vas a utilizar (tiempo, dinero, conocimientos, investigación, etc.)
Powered by Vcgs-Toolbox
Estos se contemplan desde el inicio para evitar contratiempos e incumplir los plazos que tú mismo te has propuesto.
Una cosa es un hecho fortuito que entorpezca tu proyecto (el cual también se puede contemplar, utilizando metodologías de gestión del riesgo) y otra es que tengas que parar porque no tuviste en cuenta todo lo que tenías que hacer.
Continuando con el ejemplo, si quieres triplicar tus ingresos, debes definir lo que te falta aprender o contratar, definir el presupuesto que necesitas y tiempo que dedicarás, etc.
Definidos los recursos, continuas en el siguiente paso.
4. Definir las fases de tu proyecto.
La mejor manera de medir el avance de tu proyecto es estructurarlo por fases.
Qué harás primero, qué segundo, etc.
Cada actividad de la fase debe tener un inicio y un final.
Esto te enfoca al 100%.
Ejemplo:
1. Contratar consultoría en estrategia digital.
Inicio: Abril 1 hasta mayo 30. Intensidad horaria: 3 horas martes y viernes.
2. Analizar la competencia en el sector y ver cómo diferenciarte.
Abril 1 al 30. Tiempo destinado: 1 hora semanal.
5. Definir cómo vas a medir el avance.
Estructuradas las fases, debes definir indicadores que te ayuden a medir que tanto estás avanzando.
Recuerda que el retraso en una fase de tu proyecto, retrasa las demás fases y te arriesgas a incumplir el plazo que te pusiste.
En la gestión de proyectos empresariales, incumplir los plazos representa pérdidas de tiempo y dinero.
En tu caso, el más afectado es el tiempo que nunca vuelve atrás. Incluso puedes caer en la apatía y abandonarlo.
Ejemplo:
Si en el paso anterior definiste realizar una hora semanal para analizar la competencia, entonces puedes medirlo así:
(Horas reales de análisis/Horas esperadas) * 100.
Powered by Vcgs-Toolbox
6. Definir un plan de contingencia, entendido como el plan B de las actividades que realices.
Si ya has definido los riesgos que puedes tener (situaciones fortuitas), es preciso que tengas un plan B que te permita continuar.
Ningún proyecto está exento de eventualidades.
Ejemplo:
Tienes definido que del 1 al 3 de febrero harás análisis de la competencia, pero por razones de fuerza mayor, te enfermas y tienes que guardar reposo.
Lo sucedido se sale de tus manos, pero es algo que puede ocurrir. Entonces, el plan B consiste en determinar un umbral de tiempo óptimo (Febrero 1 al 3) más un umbral de tiempo contingente (Febrero 4 al 7).
7. Validación y ajustes.
Cuando pones sobre el papel todo lo anterior, te puedes dar cuenta que tu proyecto no es viable o que requiere unas modificaciones para que sea realizable.
Por ejemplo, si tu propósito adicionalmente incluye facturar 100.000 dólares al año por servicios de consultoría, es probable que el tiempo definido sea muy corto para lograrlo y si haces un análisis exhaustivo, puedes enterarte que requieres hacer un reajuste de las actividades, el tiempo, los clientes, etc.
Powered by Vcgs-Toolbox
8. ¡Manos a la obra!
Completados los pasos anteriores, ya puedes empezar a ejecutar el proyecto que has definido.
Una hoja de ruta clara rumbo alcanzar la meta.
Powered by Vcgs-Toolbox
9. Lecciones aprendidas.
Cada fase ejecutada del proyecto genera unas lecciones aprendidas que enriquecerán las demás.
¡Escríbelas!, ¡medítalas! Implementa los correctivos necesarios.
Conclusión
Tu vida profesional / empresarial puede hacer la diferencia dependiendo la importancia que le des.
No es lo mismo ir como veleta (yo he sido así, lo confieso) que tener un norte claro y una hoja de ruta a seguir.
Powered by Vcgs-Toolbox
Los años que llevo trabajando en estrategia empresarial y digital me han enseñado que siempre se pueden alcanzar las metas y realizar mejoras continuas para hacer realidad la visión.
¿Quieres una vida profesional /empresarial diferente?
¡Comienza ahora mismo!
También te puede interesar:
- ¿Cómo reforzar tu estrategia personal como madre y profesional sin morir en el intento?
- La matriz de Stephen Covey: la brújula de tu estrategia personal
- ¿Por qué es importante un análisis DOFA personal?
Créditos imágen: Pixabay
Deja una respuesta